Un miembro de Rolling Cyrcus, uno de esos que lo engendraron y criaron hasta nuestros días, me pidió un favor el 28 de noviembre de 2022, al filo de la medianoche. Mi respuesta: "vale, acepto agradecido el encargo", lo que le dije a continuación lo guardo para nosotros. El audio que recibí con esta petición transmitía sobriedad, seriedad y una dosis enorme de emoción, propia de las ocasiones más solemnes, pero con un tono nostálgico. El trabajo era "sencillo", repasar de alguna manera los 15 años que Rolling Cyrcus atesora de historia, un recorrido que se escribe en El Bonillo, esa nación que emerge en el altiplano de La Mancha cabalgando entre la Sierra de Alcaraz y el Campo de Montiel, de apenas 2.700 habitantes, donde es difícil encontrar a alguien que no conozca a este colectivo o que pronuncie una palabra negativa sobre ellos, ni tampoco lo harás entre los lugareños de allá donde en estos tres lustros ha llevado con orgullo, honor y buen hacer el nombre de nuestra población. Y así lo haré, pero tomándome la libertad de hacerlo desde una perspectiva muy personal.
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